Realizar el mantenimiento y la limpieza de este equipos es una tarea sencilla si se siguen buenas prácticas. Los rodillos pueden limpiarse fácilmente utilizando raspadores o herramientas específicas, con revisiones periódicas del sistema de lubricación, los mecanismos de transmisión y la parte eléctrica, el equipo puede mantenerse en óptimas condiciones por mucho tiempo. Solo es necesario seguir las recomendaciones del manual y establecer protocolos de cuidado regular.

La mayoría de los molinos abiertos incorporan sistemas de calentamiento por resistencias eléctricas que permiten regular la temperatura de los rodillos según las necesidades del proceso. En algunos modelos, también se incluye un sistema de enfriamiento para un mayor control térmico. Generalmente, el rango de temperatura va desde la temperatura ambiente hasta unos 200 °C, aunque ciertos equipos especializados pueden alcanzar hasta los 300 °C, convirtiéndolas en opciones ideales para trabajar con diferentes tipos de materiales.

Claro que no. Su uso es bastante sencillo, con una breve capacitación, cualquier operador puede comenzar a trabajar con el equipo sin complicaciones. Además, ofrecemos soporte técnico especializado para acompañarte en todo momento y asegurar que el equipo funcione de forma óptima.

La seguridad del usuario es una prioridad. Por eso, el molino abierto incorpora varios sistemas de protección, como barra de paro de emergencia, reversa activada con la rodilla (al presionar la barra, los rodillos invierten su movimiento) y barandillas protectoras que ofrecen mayor seguridad durante la operación.